¿Quieres cambiar tu vida?
No dejes que nadie decida por ti. Es hora de tomar las decisiones adecuadas
Desde pequeños tenemos condicionado, tantas veces, nuestro futuro. Nuestra familia sabe con certeza dónde quiere que lleguemos, qué debemos ser, y qué no. Hasta que llega ese momento en la vida en el que lo demás no importa…, ha llegado el momento de tomar decisiones por uno mismo.
En ese momento tú decides si seguir con lo establecido o romper por completo las normas y crear las tuyas propias. Ha llegado por fin ese momento de:
- Coger las riendas de tu vida, de sentirte libre y decidir por ti mismo, aunque te equivoques, aunque te caigas, es tu decisión, tus consecuencias.
- Vivir, viajar y descubrir el mundo desde otra perspectiva, la tuya, en el que las posibilidades son tantas como quieras.
- Dejar de hacer lo que odias. Si tu trabajo no está alineado con tu felicidad, no le dediques ni un minuto más. No tengas miedo, la valentía te dará las alas para conseguir todo lo que te propongas.
- Aunque muchos te repitan mil veces que es mejor trabajar para alguien, que es más seguro, más fácil… ¡ni caso! Si realmente tu sueño es tener tu propio negocio ¡adelante! Será difícil, nadie ha dicho lo contrario, pero será muy satisfactorio, eso seguro.
- Ten claros tus objetivos, piensa, visualiza, y por supuesto, corre a por ellos.
- Si fracasas, no te rindas. Como dijo Einstein: las derrotas nos enseñas mil y una forma de no hacer las cosas.
- No juzgues a nadie. Nunca sabes las circunstancias de cada persona. Se comprensivo/a y aprende de los demás siempre, todos tenemos mucho que aportar.
- No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, como decía el refrán. Toma las decisiones ¡ya!, no vivas en un eterno mañana.
- Aunque haya momentos difíciles, siempre los hay, no te hagas pequeñito/a. Junta el valor necesario para decirte a ti mismo: yo puedo, estoy aquí, ante el mundo, y voy a luchar con todas mis fuerzas por lograr mis sueños.
- Y por supuesto, sé feliz. Si no disfrutas cada instante, todo se cae por su propio peso, no tiene sentido. Por que los momentos, las luchas, las lágrimas, los éxitos, los fracasos, el amor, el desamor,…, todo absolutamente, nos hace experimentar distintas formas de sentir que deben tener un mismo hilo conductor: la felicidad, esa respeto hacia ti mismo/a y esa forma de sentir, de saborear, todo lo que te rodea.