¿ Somos conscientes de la cantidad de calor que vertemos a la atmósfera?
Medios de transporte (coches, aviones, trenes, barcos), aires acondicionados, calefacciones, electrodomésticos de todo tipo, máquinas diversas y todos los seres vivos, incluyéndonos a nosotros mismos, todos emitimos cantidades ingentes de calor a la atmósfera. Esta cantidad de calor justifica ya por sí misma una gran parte del aumento de temperatura existente, independientemente de la contribución del CO2 y del tipo de energía utilizada.
Somos más de 7.500 millones de seres humanos inmersos en una sociedad que invita al consumo, diseñada para el mismo, en la que todos queremos “disfrutar” de los avances tecnológicos y mejorar nuestro nivel de vida, y todo esto supone consumo de energía, cada vez más elevado.
Con las leyes físicas actuales el problema de la reducción de emisiones de CO2 está muy lejos de encontrar una solución, mientras tanto el planeta se dirige a un ritmo vertiginoso hacia un final que muchos creen imposible.
Aunque se plantee una visión catastrofista sobre una realidad que nos implica a todos, es más una llamada a la acción, al hacer individual que se convierte en colectivo, a la búsqueda de alternativas y al encuentro de un cambio que transforme el destino de nuestras generaciones futuras.
Porque no hacer nada es lo más fácil, solo si se lucha poco a poco, sin descanso, se consigue llegar lejos, y como dice un proverbio keniata: «No heredamos la Tierra de nuestro ancestros, la recibimos prestada de nuestros hijos»
