LA RSC, UN POCO DE HISTORIA
Las primeras manifestaciones de Responsabilidad Social Corporativa se remontan a los años veinte, pero no es hasta los años cincuenta y sesenta cuando se consolida, generándose una conciencia colectiva alrededor de la idea de que si las empresas usan los recursos que posee una sociedad, el sólo hecho de su uso genera un deber ético, y por lo tanto, de alguna manera, este uso se debe devolver a la sociedad en forma de beneficios.
En la década de los setenta se especifican cuáles deben ser las responsabilidades de la empresa. En los años ochenta aparece el concepto de stakeholder[1] (grupos de interés), como complemento al shareholder (accionista). Un nuevo enfoque que postula que el empresario/a no sólo debe tener en cuenta los intereses y/o necesidades del accionista, sino que debe tener en cuenta a todos los grupos de interés (empleados, proveedores, clientes, sociedad, etc.) con los que se relaciona. Friedman (1962).
Pero realmente, los hechos que han dado un impulso a esta nueva forma de concebir los negocios han sido, nombrando los más destacados, el Informe Brundtland en 1987, el nacimiento de nuevos movimientos sociales, como el ecologismo, el pacifismo o el feminismo entre otros; que culminaron con la creación de grupos civiles como Amnistía Internacional, WWF o Transparencia Internacional; las iniciativas formales empresariales como AA1000, SA8000, las Directrices de la OCDE o el Pacto Mundial; así como el surgimiento de organizaciones como la Global Reporting Inititative.
En la actualidad, la RSC se concibe como un modelo de gestión empresarial que intenta entender el rol social de las empresas, identificando a todos sus grupos de interés, estableciendo relaciones con éstos basadas en la confianza y satisfaciéndolos en la medida de sus posibilidades, generando un valor compartido, comprometido con todos ellos, y velando por reducir su impacto ambiental para la sostenibilidad del entorno que los rodea.
La Responsabilidad Social Corporativa es imprescindible para procurar el desarrollo sostenible de la sociedad actual. El término desarrollo sostenible se utilizó por primera vez en la segunda Cumbre de la Tierra celebrada en 1982 en Nairobi, de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas. El concepto se puso sobre la mesa a través de un informe socio-económico elaborado para la ONU denominado “Informe Brundtland”, que lo define del siguiente modo: “… aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras.”
Por lo tanto, el objetivo del desarrollo sostenible es reconciliar los aspectos económicos, sociales y ambientales de las actividades humanas, generados por parte de las personas, las empresas y del Estado.
[1] De acuerdo con Freeman (1984, “cualquier grupo o individuo que puede afectar o ser afectado por la consecución de los objetivos de la empresa”.
